Si pensamos que la esencia del ser humano es ser independiente y autónomo, nos sorprende verlo, especialmente en los empleos de la Administración Pública donde dedican muchos años de su vida, totalmente dependiente. Aferrados a su tarea, pareciera que nada tienen para dar o hacer, diferente a lo que ya hacen.
La justificación de lo económico, “no voy a tener para comer”, les impide pensar en nuevas rutas, caminos, ventanas abiertas para comenzar una segunda etapa, que la extensión de la calidad de vida actual le exige cada vez más.
Las comodidades engañosas, que da el mismo empleo, es una “falsa soga” donde todos se toman porque consideran que al lado del camino, después de dejar de trabajar, sólo hay un precipicio.
No se permiten pensar, con qué cuentan para desarrollar una verdadera nueva vida.
Lograr una mente activa, ideas nuevas, potenciar el salario emocional, diseñar un plan de vida a futuro es lo que busca la capacitación creativa e innovadora que estamos implementando en varios espacios de la Administración Pública.
Con ella se logra transitar la etapa hacia la jubilación en las organizaciones, de una forma más positiva.
Generalmente, el participante, llega con un conformismo mental hacia lo que vivió o está viviendo; justifica lo que no logró hacer; se excusa; niega las debilidades que posee o las desconoce; se desvaloriza y sostiene que no puede cambiar ningún hábito, ni comenzar a generar ideas propias.
Para ser uno mismo libre y autónomo, hay que experimentar distintas alternativas, que sólo las mentes divergentes y amplias pueden alumbrar.
Nuestro trabajo consiste precisamente en lograr una mente disruptiva, que abra ventanas nuevas de pensamiento, ubique ideas innovadoras; logre otra forma de pensar la vida; conocerse a sí mismo un poco más, sabiendo lo que realmente le gusta o no, hacer. En una palabra ser autor de sus propios actos, para empezar a ser protagonista de su vida.
Sin creatividad seremos esclavos de los hábitos, de los gustos, de los prejuicios, de las manías, de lo preestablecido, de lo real, de lo que ya existe.
Es indispensable que las organizaciones respeten, acepten, valoren y estimulen a las personas en el tránsito hacia la jubilación, para que logren diseñar una hoja de ruta, donde la calidad de vida, sea el objetivo final.
Dada la importancia de este proceso de vida es imprescindible desarrollar una serie de iniciativas que favorezcan la adaptación de los colaboradores a la nueva situación e incentivar vivencias con éxito, en este tránsito vital.
El asesoramiento que aportamos incluye desde autodiagnósticos, para conocerse más; conceptos para lograr una reflexión para la acción y actividades lúdicas que generan la actitud positiva que debe tener la persona para saber cómo abordar esta etapa con alegría.
Esto implica hacer un repaso de vivencias, de conocimientos acumulados, de experiencias y del rol que se ha desempeñado a lo largo de estos años así como, planificar la nueva etapa desde las motivaciones y potencialidades propias.
La orientación se plantea a partir de una serie de sesiones continuas trabajar los miedos, las incertidumbres, pérdidas y que la persona a partir de este trabajo de reflexión personal y de la puesta en común con el grupo vaya identificando quién es, independientemente de su cargo o su función profesional y pueda saber qué hacer con la gestión del tiempo en la nueva etapa libre de horarios y actividades fijas que tendrá que vivir.