Los momentos adversos, por los que cualquier organización puede pasar, adoptan significados diversos pero relacionados con el concepto de crisis. Esta denominación es flexible porque acepta múltiples interpretaciones que depende de nuestra forma de percibir el entorno y de comunicarlo. El utilizar una herramienta comunicacional apropiada, colaborará con la motivación necesaria para que los integrantes de la organización puedan salir airosos de estas situaciones.
Una de las cuestiones que más preocupa al nivel directivo o gerencial es que su proyecto estratégico se vea afectado por diversas cuestiones externas. Lo cierto es que este concepto se percibe, para algunos, como una situación de peligro extremo mientras que para otros como una oportunidad para realizar un cambio e implementar mejoras que fortalezcan a todos.
Por ende, lo primero que debemos establecer cuál es el modo de analizar o de significar y describir el contexto o la crisis que estamos viviendo en un momento determinado ya que depende, en gran medida, de la amplitud de nuestra mirada y de la profundidad del examen que realicemos. Con frecuencia, diferentes líderes dentro de una misma organización perciben y, por ende, proyectan a su equipo de trabajo, imágenes totalmente distorsionadas de una situación determinada. Y esto es clave para entender el éxito o el fracaso de esa gestión empresarial.
El temor paraliza; en cambio, la posibilidad de visualizar oportunidades motiva a la acción. Así, la supervivencia de una organización está condicionada, en gran medida, por la forma en que los líderes perciben el entorno económico, social, comercial y lo comunican a su equipo de trabajo. Esta reflexión explica por qué, frente a una situación adversa, algunas compañías tienen mayor éxito que otras, aunque posean características similares y se muevan exactamente en el mismo segmento de mercado.
La comunicación es un “puente” que permite construir nuevas rutas; abrir ventanas a la imaginación y generar compromiso y motivación. Un proyecto organizacional fracasa, desde el momento en que aquellos que constituyen la conducción, pierden su capacidad de analizar el entorno y proyectar escenarios mejores por más adversos que éstos sean. Por eso es fundamental la comunicación, ya que ésta es un puente generador de sinergia y cohesiona las distintos circuitos comunicativos incentivando el trabajo en equipo.