Las personas que trabajan en Instituciones Públicas durante muchos años, realizando todos los días una misma tarea, encontrándose con las mismas personas y efectuando acciones totalmente rutinarias y urgentes, sufren una disfunción bastante frecuente, que es la dificultad de desarrollar una mente creativa.
Esto provoca, la ausencia de la reflexión sobre su propio trabajo, la forma en que se relaciona con los otros dentro de la organización y algo mucho más valioso que es el impedimento a pensar sobre sí mismo.
Las diferentes instituciones públicas mantienen un eje común: la estabilidad, pero sus culturas organizacionales varían si las comparamos entre si.
Por ejemplo, si comparamos los distintos Ministerios podemos observar, que si bien todos mantienen la columna vertebral de la estabilidad, muestran diferencias notables en la forma en que desarrollan su trabajo; en la manera en que se vinculan entre sí; en la comunicación hacia el afuera y hasta en la imagen institucional que los otros tienen de ellos.
Estas diferencias culturales puede ser positivas si se vinculan con el orgullo hacia la institución o como se dice comúnmente “tener la camiseta puesta” pero también generan una cara negativa que hace de una organización un sistema poco flexible, que impide la movilidad dentro de la misma y que inclusive lleva a que muchos lideres que gestionan equipos, visualizan a la gente como de su propiedad.
La reticencia a permitir la movilidad dentro de los sectores, a obstaculizar el ascenso propio de todo empleado o si lo obtiene, este debe ser logrado con un gran esfuerzo, muestra una cultura cerrada en si misma.-
Sabemos que toda capacitación es la oportunidad de pensar, reflexionar, debatir, participar y especialmente tener una nueva mirada sobre hechos y cosas. Por todo esto, cuando se brinda capacitación en estas Instituciones, es importante tener en cuenta la necesidad primaria que tiene toda persona para mejorar en su vida laboral.
Para lograr generar un cambio en la forma de pensar, es imperioso desarrollar una metodología que fomente o promueva el pensamiento creativo y el espíritu reflexivo.Poder pensar de forma diferente, desde ángulos distintos, aprender con alegría y humor temas organizacionales-por más serios que puedan ser- exige utilizar una metodología disruptiva que ayude al movimiento mental de la persona provocando nuevos pensamientos y nuevas conductas
¿A qué nos referimos cuando hablamos de disrupción?
La mente tiende, generalmente si no se la activa, a entrar en una meseta de pensamientos. “ Todo lo que sé es así”, “todo lo que aprendí no se puede variar”; “si no me enseñaron nuevas formas de ver las cosas, ya no puedo lograrlo”. Todas estas afirmaciones, que son comunes escuchar, son el foco donde el pensamiento creativo, disruptivo, se apoya para eclosionar un cambio. Recién cuando se realizan diferentes maneras de ver una misma cosa, podemos crear pensamientos innovadores.
Hace años que visualizamos el impacto que tiene la acción de capacitar al personal en las Instituciones Públicas, presentando esta nueva mirada.
Recorriendo distintas culturas organizacionales en lo público, el primer paso que desencadenamos es la fase de descongelamiento para lograr que la mente comience a abrirse,.
A partir de espacios creativos, breves, directos, con mucha participación mental y lúdica de los participantes, éstos comienzan a pensarse, a sentir que sí pueden reflexionar de otra manera.
Los temas también son disruptivos, desafiantes. Van desde apelar a la inteligencia financiera para mejorar la forma en que usan su salario; pasando por padres 2.0 que nos ayuda a relacionarnos mejor con nuestros hijos y jóvenes; hasta proyectar nuestra próxima década; desarrollar la pasión por hacer; provocar que los sueños que toda persona tiene y debe seguir teniendo, se hagan realidad. También hay otros temas como la administración inteligente de su tiempo; la detección de sus propios recursos; la reingeniería de hábitos de alimentación y movimiento que completan un gran abanico de temáticas que potencian la calidad de vida laboral.
Otro segmento importante a tener en cuenta son las personas, mujeres y varones, que ingresan al tránsito hacia la jubilación. Nuestra propuesta de capacitación creativa considera que debe provocarse en la mente de esas personas, conceptos positivos que la lleven a armar un mapa de ruta para lograr con optimismo, ingresar a la etapa de Madurez Vital.
La vida se ha extendido de 10 a 15 años, por lo que es imposible no planificar un plan de vida a futuro; con nuevos ritmos temporales; nuevas actividades; nuevos vínculos tanto familiares como afectivos para lograr llegar al Jubileo ( Alegría) y así eliminar el preconcepto de jubilación asociado a muerte, desánimo, fin.
Nuestras propuesta de orientación o asesoramiento para toda esta franja etaria, comprende desde espacios creativos con temáticas afines que logran la reflexión para la acción; la transmisión del conocimiento permitiendo dejar una huella en la organización de lo que la persona hizo;
Hasta convocar a participar de este cambio a la familia, dando nuevos caminos para esta etapa en donde se dejará el empleo pero no el trabajo.
Las capacitaciones estándares, comunes, repetitivas ya no impactan en las personas que pasan muchas horas en su lugar de trabajo y sólo sienten cierta indiferencia frente a estas metodologías.
Llegó la hora de cambiar.