
La palabra, en el mundo de la salud, cobra un significado mucho más valioso que en cualquier otro momento de la vida cotidiana.
Sabemos que el lenguaje da sentido a nuestros pensamientos, pero también exige ,en momentos especiales, tener palabras justas, significados claros, que produzcan en el paciente un sentido aliviador, sanador.
Pero el lenguaje no siempre genera esto. A veces, por descuido, por no comprender el sentido clave de la comunicación se plaga de interferencias, errores y prejuicios.
Si bien esta situación se da no sólo en el mundo de la salud, al suceder en las prácticas médicas realmente provocan en el paciente incertidumbre, dudas, desánimo y hasta a veces, desolación.
Realmente es muy común ver que entre el vínculo del médico con el paciente se producen estas interferencias.
¿Qué mensajes espera el paciente de su médico? Palabras que le den verdad, claridad e información valiosa. Que compartan ese momento tan especial con él aportando no sólo mensajes lingüísticos sino también mensajes emocionales
En la práctica médica, el lenguaje utilizado y la comunicación, pueden ser por sí solo sanadores. Podemos decir que dentro del mundo de la enfermedad la comunicación se vuelve un instrumento salvador.
La angustia, desolación e incertidumbre de un enfermo y su familia esperan con desesperación esas palabras que expliquen sus miedos, sus dudas, su angustia.
El inconveniente es que los médicos no han sido formados en obtener herramientas comunicacionales acorde a estos momentos que deben vivir. Tanto para dar noticias buenas como para dar noticias no tan buenas.
Los errores que se cometen son involuntarios, por desconocimiento. Se trata a la enfermedad con seguridad y eficiencia; pero no se ve ni se trata al paciente en su aspecto emocional.
La relación entre un médico y su paciente es tan simple y tan profunda como cualquier otro vínculo entre dos seres humanos, aunque la economía y la tecnología a veces lo cubran todo.
Lo que verdaderamente se trata son personas, no enfermedades.
Por eso la gestión de la salud nos exige superar este desafío y descubrir las verdaderas necesidades del paciente y su familia.
¿Qué palabras utiliza el médico para calmar el dolor y ansiedad del paciente? ¿qué palabras para determinar sus valores y creencias para que el vínculo se haga concreto y real ‘? ¿Qué palabras utiliza para definir sus preferencias y necesidades?
Sólo palabras necesarias. Si el médico deja de pensar únicamente en la enfermedad y observa al paciente como un todo (físico-emocional) entonces esas palabras serán las necesarias para sanar.