¿Qué habilidades blandas (soft skill) utiliza para gestionar a sus equipos?

Las Organizaciones requieren, cada vez más,  de profesionales que hayan sido capaces de desarrollar sus habilidades blandas  o transversales, en paralelo a su capacidad intelectual. Pero, ¿qué son realmente y qué puede hacer para ponerlas en práctica?

A diferencia de las habilidades duras, que se identifican con todo el conocimiento académico curricular obtenido durante el proceso formativo formal, las habilidades blandas tienen que ver con la puesta en práctica integrada de aptitudes, rasgos de personalidad, conocimientos y valores adquiridos.

Entre las más requeridas están las habilidades comunicativas y de relacionamiento, la creatividad, la capacidad de trabajar en equipo, la responsabilidad, la honestidad, el compromiso y las actitudes proactivas a la hora de resolver problemas y generar ideas innovadoras que ayuden al crecimiento de la organización

En síntesis, es el cociente de inteligencia emocional, que es el conjunto de rasgos de personalidad, habilidades sociales, comunicación, lenguaje, hábitos personales y optimismo que caracteriza a las relaciones con otras personas incluyendo el sentido común y una actitud flexible positiva.

Las soft kills se complementan con las hard skills o habilidades duras (parte del Cociente Intelectual de una persona), que son las exigencias profesionales de un trabajo y muchas otras actividades.

A diferencia de las habilidades duras, que son la capacidad para realizar un determinado tipo de tarea o actividad, las habilidades sociales o blandas,  se relacionan con la capacidad de una persona para interactuar efectivamente con colegas y clientes y son de aplicación general, tanto dentro como fuera del lugar de trabajo.

Las habilidades blandas son competencias conductuales. También conocido como habilidades interpersonales, incluyen competencias como habilidades de autonomía, autoliderazgo, coherencia, integridad, capacidad de atención y de escucha, autorregulación, interés, curiosidad, autenticidad, responsabilidad personal y social, capacidad de reflexión, proactividad, pasión, motivación intrínseca, lógica divergente, humildad, aprendizaje continuo, empatía, capacidad de síntesis y de argumentación, gestión del tiempo, confianza…

En un escenario líquido como el actual, y de multi universo donde se dispone conjuntamente de ideas, pensamientos, emociones, sentimientos, comportamientos, interrelaciones e interacciones, automáticas o no, pasar de la teoría a la práctica es lo que más esfuerzo cuesta en el ámbito de las habilidades Soft, llamadas blandas por su capacidad de adaptación, porque no obedecen a una regla fija y porque son mejorables y  moldeables.

Cuando emparejamos nuestras habilidades hard con las soft, abrimos el abanico de nuestras posibilidades de interacción e interrelación y ese pasar de la teoría a la práctica requiere de un espacio o entorno en el que el aprendizaje y el compartir conocimientos y experiencias puedan darse entre pares y en confianza. –

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