LIDERAZGO FEMENINO: PODER +EMOCIÓN

El liderazgo de la mujer es diferente al liderazgo masculino, ni mejor ni peor, sólo diferente. Son distintas las energías que los mueven y, sin dudas, lo más beneficioso para una empresa es tener líderes de ambos sexos y líderes integrales, es decir, que integren las energías y aptitudes femenina y masculina.

Las diferencias, ventajas y perspectivas que aportan las mujeres en posiciones de conducción y su impacto en las organizaciones y especialmente las mujeres de américa Latina son  expertas en manejo de crisis y en adaptarse a los cambios

Esto es una consecuencia positiva de las situaciones económicas y políticas que han vivido. Esta habilidad para manejar procesos de cambio y tolerar incertidumbres y ambigüedades es fundamental para el éxito de cualquier empresa

La presencia de mujeres en los equipos directivos conlleva por lo general un mayor compromiso social y un estilo de liderazgo más participativo.

Las mujeres ejecutivas poseen un mayor desarrollo de la inteligencia emocional; y construyen muy buenos equipos de trabajo en los que motivan sin perder de vista los resultados.

Por supuesto que tienen su costado débil: cómo actúa su mundo emocional a la hora de experimentar presiones y desafíos importantes y el hecho de poner más foco en el objetivo que en el proceso que se atraviesa para llegar a él.

Las características que determinan el liderazgo femenino son, entre otras,la orientación a las personas, ya que son sociables, expresivas y cercanas, lo que brinda mucho potencial a la hora de lograr compromisos.

Su tendencia a la cooperación que hace que el trabajo en equipo sea más natural, y de mayor inclusión.

Su capacidad de actuar en muchas direcciones, de forma innata (piensan y actúan) les da una ventaja competitiva a la hora de tomar decisiones y enfrentar crisis.

La conducción que desarrollan es horizontal desempeñando un liderazgo femenino que alienta la participación y comparte el poder y la información con aquellos a quienes conduce.

Posee un predominio de lo emocional generando altos niveles de empatía.

Además, tienen una mayor predisposición al cambio porque su estilo es innovador, con un firme sentido de la calidad, centrado en la persona, flexible, comunicativo y persuasivo.

Hoy las organizaciones son más planas e interconectadas ya que los cambios son más rápidos que antes. Por eso, necesitan las características de colaboración, empatía, sensibilidad y consenso que se asocian más con lo femenino. En general las mujeres tienden a ser más participativas para encontrar las mejores soluciones dentro del equipo de trabajo.

El liderazgo femenino es sinónimo de crecimiento en el siglo XXI y debemos atenderlo como tal, apoyarlo, ayudar al desarrollo y formación de las mujeres y trabajar para que más de ellas lleguen a posiciones directivas y de responsabilidad .

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