La voz del Estado en momentos de incertidumbre

Comunicar de forma sistemática las estrategias políticas del Estado, es  clave para lograr una sociedad equilibrada, segura y con deseos de desarrollar su vida normal.

Ahora, en momentos de incertidumbre y de pandemia, se hace necesario que esas estrategias estén planificadas de un modo casi quirúrgico, para poder tener un impacto positivo en la diversidad de la sociedad y en las diferencias de intereses comunes que se disputan.

Hablar y decir no son lo mismo, aun cuando se complementan. Hablar es actuar; decir es hacer.  A veces parecen expresiones casi iguales y la sociedad  la usa intercambiándolas e igualándolas. Pero si alguien dice, por ejemplo: “El Presidente habló en la televisión ayer” alguien preguntará “Y ¿qué dijo?” y ahí está la diferencia.

Hablar es en efecto hacer uso de una facultad, decir es usar esa herramienta en un acto concreto, definido e identificable.

Para ir distinguiendo especies en la pradera de la retórica,* entre el hablar y el decir hay concepciones coordinadas  pero no diferentes.

La comunicación es un conjunto de elementos en interacción, en donde toda modificación de uno de ellos afecta las relaciones de los otros. Se sustenta a partir de la existencia de dos elementos: el objetivo que lo mueve y la circulación de informaciones.

La Comunicación en situaciones  de crisis es un proceso interactivo de intercambio de información y opinión entre personas, grupos e instituciones; suele incluir múltiples mensajes acerca de la naturaleza del riesgo o expresar preocupaciones, opiniones o reacciones.

La autorregulación* es el fundamento de la socialización de la opinión, requiere conciencia cognoscitiva y de forma importante, control emocional

En los momentos de incertidumbre aparecen sucesos que pueden llegar a cambiar la percepción sobre el gobierno, el presidente y la sociedad en general. Surge así: el factor sorpresa, la desestabilización, el estrés y la reducción de los tiempos que condiciona la toma de decisiones, la emoción de los públicos afectados, la presión mediática, el desafío para la imagen de las autoridades y el peligro para la posición de los que gobiernan los diferentes territorios.

La tecnología es una herramienta que colabora  durante este período con la sociedad, especialmente con las provincias/municipios, facilitando a la población estar informada, trabajar, entretenerse y relacionarse en forma segura con otros grupos de interés. Si bien alivia las condiciones de socialización de las personas haciéndolo más extensivo el mensaje a las masas,  también requiere mayor planificación del contenido y  voceros que lo transmitan.

En estos tiempos de incertidumbre el Estado requiere un tipo de comunicación autónoma, que considere  la fragmentación de la sociedad y sus debilidades, que a veces pasan desapercibidas.

La estrategia de la comunicación que se desarrolla en este momento está orientada a la gestión de las situaciones de emergencia, y poco relacionada con la comunicación política, como la gubernamental o institucional. Ambas, deberían incluirse.

El proceso de comunicación en estos casos ha evolucionado aceleradamente, los usuarios más activos gracias a las nuevas tecnologías, recogen información, la comentan y generan corrientes de opinión, pero si estas personas difunden información errónea, pueden agravar la situación de un país.

El desafío que debe proponerse el Estado  en esta situación, es acompañar a la sociedad con diversas estrategias: Por un lado producir  una  relación de confianza  hacia aquellos que manejan la emergencia y  por otro el anuncio oficial debe llegar en tiempo real de forma simple y con el mayor alcance posible.

Las versiones alternativas que puedan aparecer, positivas o negativas, deben ser actualizadas o respondidas de forma inmediata.

El discurso unívoco del Estado debe estar armado estratégicamente con información clara, de fácil comprensión, completa y basada en hechos que aumenten la confianza de la sociedad.

La planificación previa capacita a los responsables a responder más rápido y de forma eficaz a un desafío inmediato. Se debe evitar que las actividades de comunicación tiendan a ser elaboradas de una manera rápida e intuitiva, que distorsiona muchas veces el sentido.

Las creencias del público y sus convicciones  deben ser consideradas evitando ignorarlas o ridiculizarlas.

La estrategia de comunicación es una serie de elecciones que permiten ubicar los momentos y los espacios más convenientes, para alcanzar un estilo comunicativo, un sello personal del Estado, que se deberá respetar en la ejecución de todos los procesos tanto laborales como humanos.

El Estado debe poner el interés en discursos integradores y homogéneos (con todo su gabinete) para que los ciudadanos realicen sus actividades con la misma lógica de calidad, innovación, respeto, participación, desarrollo, productividad y lo más importante, sin violencia simbólica.

Una estrategia de comunicación, fomenta cuantitativa como cualitativamente intercambios de información, con el objetivo de que la comunidad conozca lo que sucede en su entorno, así como servir para estimular una actitud positiva. Es fundamental preparar y capacitar voceros nacionales y locales, es necesario experto sino funcionarios, periodistas o personas que puedan realizarlo de la mejor forma y representen institucionalmente alguna organización.

También son importantes todas las maneras de comunicar y dar respuestas creativas a través de cualquier canal. Especialmente el gobierno, debe usar un lenguaje conciliador, planificando el mensaje y la información compartida más próximos a su audiencia, conocedores de su territorio y de quiénes los escuchan.

Debería considerarse la labor, gestión y auxilio que prestan instituciones y organizaciones sociales y locales, como una fuente válida y necesaria frente a las fuentes nacionales u oficiales demandadas por la contingencia y multiplicadas por muchos medios.

Los medios tecnológicos, a nuestro alcance, permiten comunicaciones más asertivas, generando mayor confianza en los ciudadanos, menos ruidos, rumores y por ende menos angustia en lo colectivo

*”En la pradera de la retórica» (I retorikkens hage, Andersen [1995]).Filólogo noruego

*Morán Cárdenas, G., Zavala Palacios, O., & Mendoza Solorzano, M. (2020). Estrategias viables de comunicación ante un estado de excepción para una correcta socialización de los colectivos reales. RECIMUNDO, 4(2), 71-81. doi:10.26820/recimundo/4.(2).mayo.2020.75-85

Previous post Equipos de salud: ¿Qué habilidades blandas se requieren hoy?
Next post ¿Tiempos líquidos o tiempos híbridos?

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *